El lehendakari, Patxi López, comienza el lunes con el presidente del Partido Nacionalista Vasco, Íñigo Urkullu, la ronda de contactos que anunció la semana pasada para abordar el anuncio de ETA de cese definitivo de su actividad armada.
Los encuentros que mantendrá el lehendakari incluirán por primera vez a la coalición Bildu – integrada por EA, Aralar e independientes de la izquierda 'abertzale' -, y con ellos pretende buscar la unidad de todos y llegar a acuerdos de cara a la nueva fase que se abre en la política vasca, según anunció el propio López el viernes.
La izquierda 'abertzale' ha afirmado que el anuncio de ETA no pone fin al conflicto político, y que ahora espera una respuesta de los gobiernos español y francés con medidas concretas que "superen las consecuencias del conflicto", en referencia a los presos y los miembros de la banda en la clandestinidad.
Sin embargo, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha descartado cualquier ronda de partidos o cambios inmediatos en la política penitenciaria y se ha remitido al Ejecutivo y al Parlamento que salgan de las urnas en las elecciones generales del próximo 20 de noviembre, en las que está previsto que gane el Partido Popular.
Dentro de la ronda de contactos, Patxi López tiene previsto reunirse también con los lehendakaris anteriores – Carlos Garaikoetxea, José Antonio Ardanza y Juan José Ibarretxe -, y con sindicatos y organizaciones empresariales, además de colaborar con el Gobierno central "para gestionar y encauzar las cuestiones que dejen atrás el final de la violencia".
El lehendakari presentó a finales de setiembre en el Parlamento vasco una serie de medidas dentro de un "acuerdo para la concordia" en el que reclamó el acercamiento de presos de ETA.
La política penitenciaria basada en la dispersión por diferentes cárceles españolas de los presos de ETA comenzó a aplicarse en la década de 1980, pero desde los años 90 han sido varias las peticiones realizadas por los partidos nacionalistas, el Parlamento vasco y otras instituciones para acercar a los reclusos de la banda a prisiones cercanas al País Vasco.
Madrid siempre ha rechazado estas demandas, aunque en los últimos años ha concentrado a los presos disidentes en la cárcel vasca de Nanclares de Oca o en la zaragozana de Zuera, cercana geográficamente al País Vasco.
ETA anunció el pasado jueves el cese definitivo de la violencia poniendo fin a más de cuatro décadas de lucha armada por un País Vasco independiente en las que ha matado a más de 850 personas.