Los artículos falsificados que más éxito tienen entre los compradores son las prendas de vestir, que representan el 23,3% del total de falsificaciones. Otro de los sectores víctima del contrabando es el farmacéutico: entre el 7 y el 10% de los medicamentos que se comercializan en el mundo son imitaciones, realizándose más de la mitad de estas compras a través de Internet.
España se sitúa en el cuarto puesto de países de la UE con mayor número de artículos de comercio ilegal incautados, solo por detrás de Alemania (con, Italia y Grecia), según un informe del Foro Europa Ciudadana. Al otro lado de la cadena, se encuentra China, gran exportador de las falsificaciones que llegan a la Unión Europea y que ya acapara el 64,5% del mercado ilegal.
Son numerosas las medidas que se han adoptado en los últimos años, tanto a nivel internacional como comunitario, para perseguir este tipo de actividades. Especial énfasis están poniendo las autoridades comunitarias para hacer frente a la entrada de pequeños envíos de mercancías falsificadas o piratas en el mercado de la Unión, que se han incrementado significativamente por el auge del comercio electrónico. A los datos nos remitimos: cada minuto en Europa se decomisan 219 mercancías falsificadas.
Para afrontar tal problemática, se ha introducido un nuevo procedimiento para la destrucción de pequeños envíos en el conocido como Reglamento UE 608/2013 de Vigilancia Aduanera, que deroga el anterior Reglamento UE 1383/2003, y que entró en vigor el pasado 1 de enero.
La comercialización y distribución a través de Internet de productos falsificados, normalmente, se presenta en la forma de "pequeños envíos", definidos por el nuevo Reglamento UE como un envío postal o de mensajería urgente que contenga 3 o menos unidades o tenga un peso bruto inferior a 2 kilogramos. El Reglamento introduce en su artículo 26 un procedimiento específico para la destrucción, sin orden judicial, de estos envíos en el momento de su entrada en el espacio aduanero europeo, previa notificación al destinatario con un plazo de 10 días para que se oponga a la destrucción. No obstante, el Reglamento no se aplica (entre otros) a las mercancías transportadas por los viajeros en sus equipajes personales, siempre que no haya indicios de que vayan a ser introducidas en el tráfico comercial.
La filosofía general del nuevo Reglamento consiste en proteger el mercado interior y promover el comercio legal, en la misma línea ya marcada por el Tribunal de Justicia de la UE en sus últimas resoluciones judiciales.
Para muestra un botón. El Tribunal de Justicia en su sentencia del pasado 6 de febrero de 2014 (Asunto C-98/13, Martin Blomqvist vs. Rolex, S.A. y Manufacture des Montres Rolex, S.A.) declara, en el marco de un procedimiento prejudicial, que el titular de un derecho de propiedad intelectual sobre una mercancía vendida a través de una web situada en un tercer país a una persona residente en el territorio de un Estado miembro se beneficia, en el momento en que esa mercancía entra en el territorio del Estado miembro, de la protección que le confiere el Reglamento.
Los hechos de este caso se originaron en Dinamarca, en enero de 2010, cuando el Sr. Blomqvist encargó un reloj ROLEX a través de una web china. A su llegada a Dinamarca, el paquete fue retenido por las autoridades aduaneras al sospechar que se trataba de una falsificación. Comprobado que se trataba efectivamente de una copia, ROLEX pidió al Sr. Blomqvist que prestara su consentimiento a la destrucción del reloj; quien se negó, pues consideraba que lo había comprado lícitamente. En este sentido, el Tribunal afirma que la sola circunstancia de que esa venta haya tenido lugar en una página web situada en un tercer país no puede tener el efecto de privar de la protección derivada del Reglamento Aduanero al titular de un derecho de propiedad intelectual sobre la mercancía objeto de venta.
Además del Reglamento, se ha puesto también en marcha un Plan de Acción aduanero, vigente hasta 2017, por el que pretende reforzar la cooperación operativa entre las propias aduanas y entre éstas y las empresas.
Por todo ello, dado el avanzado desarrollo del comercio electrónico a nivel global, los ciudadanos hemos de ser prudentes a la hora de elegir la web a través de la que pretendemos adquirir un producto y tratar de detectar los productos falsificados. En caso contrario, corremos el riesgo de que se trate de una falsificación susceptible de ser destruida a través del procedimiento comentado al llegar a la aduana de los Estados miembros.
