Hemos querido hablar con Rafael Ortiz Calzadilla, autor de Paradojas fiscales (Thomson Reuters). A lo largo de la entrevista explica en qué consiste si libro y, parafraseando su título, desgrana ciertas singularidades impositivas.
Según señala en la contracubierta de Paradojas fiscales Oliver W. Holmes, prestigioso jurista norteamericano declaró que "los impuestos son el precio que pagamos por una sociedad civilizada". ¿Qué le parece esta frase de Holmes?
Pone de manifiesto que los impuestos han posibilitado el Estado de bienestar en ciertos países sin las convulsiones sociales producidas en otros países que optaron por fórmulas más radicales que resultaron ineficaces como en la Unión Soviética y los países de su órbita cuyos indicadores sociales y económicos difieren grandemente de sus países vecinos.
¿Existen muchas paradojas fiscales cuando un ciudadano tiene que pagar un impuesto?
Los impuestos solo deben aplicarse a las manifestaciones de una capacidad económica como son la renta, el gasto o el patrimonio. En la obra se analizan muchas paradojas fiscales bien porque no se aplican sobre auténticas manifestaciones de renta o porque se discriminan a los contribuyentes en función de determinadas circunstancias en que se encuentren.
¿Cuáles son, a su juicio, esas paradojas fiscales?
Las paradojas se producen cuando se aplican en ausencia total de una capacidad económica como ocurrió con el impuesto de plusvalía en ventas con pérdida, el que grava las hipotecas o la plusvalía ficticia en las donaciones; en los casos en que la renta no es calculada en forma ortodoxa; porque se aplique en forma discriminatoria en función de la forma jurídica utilizada para el desarrollo de una actividad económica; porque se pueda vulnerar el principio constitucional de igualdad; o porque se pueda vulnerar el principio constitucional de no confiscación.
¿Por qué no se entienden ciertas paradojas y crean al ciudadano cierta perplejidad?
Porque es difícil conseguir una mayor credibilidad de los impuestos por mucho énfasis que se ponga en informar de las prestaciones públicas que financian cuando el ciudadano se enfrenta a tantas paradojas fiscales que deberían ser eliminadas si se quiere lograr una mayor aceptación social de las cargas fiscales como ocurre en otros países.
¿La corrupción alimenta una animadversión social al pago de impuestos?
Indudablemente la corrupción no contribuye a lograr una mayor aceptación social de los impuestos porque el ciudadano observa que los impuestos que paga se aplican indebidamente cuando contempla tantos casos de malversación de caudales públicos.
¿Da la sociedad valor al precio que se paga mediante los impuestos?
Le daría más valor si se eliminasen las paradojas fiscales a las que se enfrenta en ocasiones y se redujesen los casos de corrupción que tanto daño hacen a la aceptación social del pago de impuestos.
