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26/04/2024. 10:50:39

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La externalización de servicios legales, ¿tiene sentido?

Dos empleados en una reunión.

En nuestro anterior artículo, El boom del outsourcing u offshoring de servicios legales,  comentábamos sobre la aparentemente irrefrenable tendencia a la externalización de servicios legales que se observa en los mercados anglosajones y crecientemente, en Europa continental. Pero, ¿tiene esto sentido? ¿Quiénes lo están poniendo en práctica? ¿Qué ventajas le ven?

Veamos primero quiénes se han visto atraídos por estas nuevas herramientas de trabajo colaborativo.

Tal vez quienes observen esta tendencia con mayor entusiasmo sean los departamentos legales internos de grandes empresas y entidades financieras. Podría decirse que fueron ellos quienes empezaron el fenómeno, ya que las primeras experiencias corresponden a firmas como General Electric y otras compañías tecnológicas (Cisco, Intel, Microsoft) a principios de la década.

También los despachos están adoptando alternativas de externalización, con disposición e intensidad muy variada. Si bien la idea despertó en un principio muchas resistencias entre los mismos, por una variedad de motivos que van desde preocupación por la calidad del trabajo hasta la simple y llana defensa corporativa de sus "cotos de caza", lo cierto es que hoy el nivel de resistencia ha descendido notablemente, y la mayor parte de las firmas cuentan con alguna estrategia en este sentido. Ellas van desde el establecimiento de "centros de conocimiento" propios (Clifford Chance, Baker & McKenzie) hasta la celebración de acuerdos con Legal Process Outsourcing providers (LPOs-) (Simmons & Simmons, Pinsent Masons).

Es por último creciente la tendencia a la utilización de servicios de externalización por parte de los denominados "solos", o abogados con prácticas individuales. Según ValueNotes (www.sourcingnotes.com), ya en el año 2008 el 11% del total del trabajo efectuado por LPOs, era encargado por abogados con prácticas individuales.

Pasemos entonces a considerar las ventajas que han observado los usuarios de estos servicios:

  • Evidentemente el argumento de mayor peso es el del diferencial de costes que existe entre efectuar el trabajo a través de proveedores externos, en comparación con efectuar el trabajo internamente, a la manera tradicional. Este diferencial surge no solo de los menores costes laborales que se pueden aprovechar en las jurisdicciones proveedoras, sino también a través de la mayor especialización y economías de escala logrados por parte de los LPOs en las tareas encomendadas, y en la adopción de alternativas de facturación a la clásica facturación horaria (facturación por documento o por proyecto, etc.).
    Esto ha sido particularmente bienvenido por parte de los departamentos legales internos de las empresas en los últimos dos años, a partir de los recortes presupuestarios a que se han visto sometidos como producto de la crisis, en forma conjunta con un aumento de la demanda interna de trabajo por la misma causa.
  • La externalización de ciertas funciones permite además aprovechar la disponibilidad de talento distribuido en diferentes jurisdicciones, cuyas características y grado de especialización coadyuvan a lograr mejores rendimientos y excelencia en el servicio brindado al cliente final, es decir el cliente externo para los despachos o bien el cliente interno dentro de las empresas.
  • La disponibilidad de estos servicios permite asimismo lograr escalabilidad en las funciones del despacho o departamento legal interno, vale decir la habilidad de lograr el incremento de las funciones propias para atender picos de demanda estacionales o circunstanciales sin perder calidad en el ejercicio de las mismas. Esto se logra mediante una única contratación con un determinado proveedor, sin la necesidad de entrar en el gasto administrativo y funcional que significa aumentar la nómina para atender dichos picos.
  • Fundamentalmente, desde la perspectiva del profesional involucrado, el hecho de externalizar tareas muchas veces repetitivas y de menor complejidad permite que el mismo mejore sustancialmente su capacidad para enfocarse en las tareas críticas de la misión encomendada (mission critical tasks) y sobre la base de los cuales su actividad será juzgada por su cliente interno o externo, liberando tiempo, energía y recursos del cliente.
  • La posibilidad de trabajar con jurisdicciones localizadas en otras zonas horarias (como sería por ejemplo entre España y Argentina, con una diferencia de entre 4 y 5 horas dependiendo de la época del año) permite expandir el día de trabajo y aprovechar mayores turnos sin por ello resignar la posibilidad de comunicarse durante la jornada.

En definitiva: menor carga administrativa; menos tiempo dedicado a tareas poco importantes para el abogado contratante, que podrá concentrarse en lo que realmente importa; mayor disponibilidad de mano de obra profesional y especializada; y posibilidad de trabajar en varios turnos. Todo ello a menor precio y sin desmedro de la calidad.

Dirán los críticos que todo esto suena muy bien, pero en definitiva se trata de quitarle a la práctica de cada uno, una parte que puede ser importante de su área de trabajo, o bien una buena fuente de ingresos que no hay por qué regalar.

Pues sí, digamos que esta es una manera, llamémosle "defensiva", de observar esta tendencia.

Y pensemos que esto no se trata sino de una nueva vuelta de tuerca al irreversible proceso de especialización que viene aparejado a la evolución de la civilización y a la consiguiente división del trabajo.

Recordemos que en la industria manufacturera, el outsourcing y el proceso de especialización internacional ya lleva décadas, y se ha hecho tan complejo que hoy ya es imposible considerar ningún fenómeno económico en forma aislada. Como ejemplo, veamos que las fábricas de automotores, que otrora fabricaban desde las luces hasta el último tornillo de los vehículos, hoy son terminales dedicadas a su "core business" de fabricar el producto final, ensamblado con autopartes producidas por propios y extraños localizados en todo el mundo.

Esa tendencia a la especialización y la externalización llegó a los servicios profesionales, comprendidos los legales.

Los más astutos juegan a la ofensiva, y seguramente no dejarán escapar la oportunidad de utilizar estas herramientas para volverse mucho más competitivos frente a sus pares; y también de especializarse, reservando su tiempo y esfuerzo para los servicios de mayor valor agregado, que son en definitiva los más rentables.

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