Práctica Jurídica

A lo largo de esta década, China se ha marcado la meta de llegar a establecer un Estado de Derecho. Para ello, existen dos aproximaciones contrapuestas. El autor nos presenta una oportuna comparación entre Hong Kong y la situación en la China continental.

El gigante oriental sigue firme en su paso por la senda del crecimiento. Sin relegarse al plano económico, y al igual que otras potencias, el mandarinato apuesta por la expansión de su capacidad militar. Washington observa con recelo este incierto proceso.

El autor da una mirada realista a las profundas transformaciones jurídicas de China brindándonos algunos ejemplos de como el Reino Medio tiene planeado abrazar un Estado de Derecho sin precedentes.

La ley china de propiedad privada permite que el gobierno del dragón oriental afiance sus conquistas en materia económica, sin poner en riesgo su modelo político.

Uno de los grandes problemas de la República Popular China es la necesidad de abastecer su creciente demanda de energía. La generación nuclear es una de las fuentes energéticas más prometedoras a largo plazo. Consientes de esta realidad, la cúpula de Pekín asegura suministros de uranio con las principales naciones proveedoras del orbe.

El plan de estudios de las Facultades de Derecho de Estados Unidos, que tan buenos resultados les ha dado, a su juicio, desde el siglo XIX, está siendo revisado, para que la formación de los futuros juristas sea más práctica y más apropiada para el ejercicio de la profesión a nivel global.

El autor analiza la poderosa influencia del Derecho de los Estados Unidos en la economía mundial y, a través de ella, en los diferentes sistemas jurídicos del mundo. El American Legal Style es un nuevo paradigma.

Hoy en día,  el activismo judicial es considerado por muchos, erróneamente, como una usurpación ilegítima de poder por parte de los jueces. A pesar de las fieras críticas de analista de diverso credo ideológico,el autor defiende que dicha institución es básica para la efectiva vigencia de la Constitución en EEUU.

El pasado periodo judicial del Tribunal Supremo de los EEUU dejó sentir una marcada impronta conservadora, fruto de los últimos nombramientos auspiciados por George W. Bush. No obstante, la situación de la actual mayoría derechista es precaria, un triunfo demócrata en 2008 podría cambiar el drásticamente el panorama a futuro.